viernes, 13 de junio de 2008

La dinastía Quing o Manchú (1678-1911): La última dinastía

Bajo la dinastía Qing, los manchúes siguieron absorbiendo la cultura de China. Su organización política se basaba en la de los Ming, aunque estaba más centralizada; el máximo organismo administrativo fue una nueva institución, el Gran Consejo, que tramitaba los asuntos militares y políticos del Estado bajo la supervisión directa del emperador. Los funcionarios (burócratas) principales en la capital tenían tanto un jefe chino como manchú. Desaparecieron tanto la burocracia tradicional como los exámenes para funcionarios públicos, que eran elegidos por su conocimiento del confucianismo.
Hacia finales del siglo XVII, los Qing habían eliminado toda la oposición Ming y sofocado una rebelión encabezada por generales chinos, quienes en principio habían ayudado a los manchúes y a los que se habían otorgado dominios semiautónomos en el sur. A mediados del siglo XVIII, durante el reinado del emperador Qianlong, la dinastía Qing llegó al apogeo de su poder. Dongbei Pingyuan (Manchuria), Mongolia, Xinjiang y el Tíbet se encontraban bajo el control Qing, hasta Nepal notó la influencia china; Birmania enviaba periódicamente tributos a la corte Qing, al igual que las islas Ryūkyū; Corea y Vietnam del Norte reconocieron ambos la soberanía china y Taiwan fue anexionada.
El orden interno que los manchúes implantaron hizo del siglo XVIII un periodo de paz y prosperidad sin precedentes en China; la población se duplicó, pero la producción fue incapaz de expandirse al mismo ritmo. Hacia finales del siglo XVIII, la situación económica del campesinado chino había empezado a declinar. Los recursos financieros del gobierno estaban gravemente mermados por el coste de la expansión exterior y a finales del reinado de Qianlong estaban casi agotados por la corrupción oficial. Las tropas manchúes situadas a lo largo de toda China fueron una causa más de deterioro de la economía y, debilitadas por su escasa experiencia bélica al servir como simples guarniciones, fueron poco capaces de empuñar las armas en su propia defensa.


Es una época de marcadas presiones extranjeras, en donde las potencias de Occidente obligan a los chinos a comerciar materias primas a precios que no eran convenientes para ellos. Ante una negativa de China hacia comienzos del Siglo XIX, se das las famosas Guerra del Opio y los Tratados desiguales. Este hecho hizo que el imperio pierda gran cantidad de territorios y quede sujeto comercialmente a las ordenes de Gran Bretaña, el gran beneficiado de esta situación. Debido a esta debilidad exterior frente a los ataques bélicos y diplomáticos de la dinastía Quing, hacia mediados de Siglo XIX se dieron una gran cantidad de revoluciones y movimientos desde el sector agrario en contra del poder imperial.


Era tarde para los manchúes. Poco después de la Guerra Chino-japonesa, Sun Yat-sen, formado según el modelo occidental, había iniciado un movimiento revolucionario dedicado a establecer un gobierno republicano. Durante la primera década del siglo XX, los revolucionarios atrajeron a estudiantes, comerciantes chinos con el extranjero y grupos nacionales poco satisfechos con el gobierno manchú. A mediados de 1911 tuvieron lugar levantamientos como protesta contra el programa de nacionalización del ferrocarril Qing y en octubre de ese año estalló la Revolución republicana en Hankou (en la actualidad, parte de la ciudad de Wuhan), en China central, extendiéndose a otras provincias, mientras Sun tomaba el control de la revuelta. Los ejércitos manchúes, reorganizados por el general Yuan Shikai, eran claramente superiores a las fuerzas rebeldes, pero Yuan sólo aplicó una presión militar limitada y negoció con los dirigentes rebeldes ser designado presidente de un nuevo gobierno republicano. El 12 de febrero de 1912 Sun Yat-sen cedió su puesto de presidente provisional en favor de Yuan y sumisamente los manchúes se retiraron del poder. El 14 de febrero de 1912 una asamblea revolucionaria reunida en Nanjing eligió a Yuan primer presidente de la República de China.

La dinastía Ming (1368-1644): Reestablecimeinto Imperial

Fundada por Chu, los Ming establecieron su capital en principio en Nanjing y revitalizaron la civilización china de los Tang y los Song. Su poder se asentó firmemente en China y a lo largo de Asia oriental, se restableció el gobierno civil, se fomentó la literatura, se fundaron escuelas y se reformó la administración de justicia; se amplió la Gran Muralla y se mejoró el Gran Canal. El imperio se dividió en 15 provincias, la mayor parte de las cuales aún mantienen sus nombres originales. Cada provincia estaba supervisada por tres comisionados —uno para las finanzas, otro para los temas militares y un tercero para los temas judiciales. El comisionado financiero, que encabezaba la administración, fue sustituido en los últimos años de la dinastía por un gobernador.
Los primeros Ming también restablecieron el sistema de relaciones tributarias mediante las cuales los estados no chinos de Asia oriental reconocieron la supremacía cultural y moral de China y enviaron periódicamente tributos a la corte china. Durante el primer cuarto del siglo XV, las tribus de Mongolia fueron derrotadas definitivamente y la capital volvió a ubicarse en Pekín. Las expediciones navales chinas extendieron el poder del imperio Ming a lo largo de todo el sureste de Asia, la India y Madagascar. Sin embargo, desde mediados del siglo XV, el poder Ming comenzó a declinar. El protagonismo imperial se había deteriorado y los eunucos de la corte llegaron a ejercer un gran control sobre el emperador, alentando el descontento y la creación de grupos disidentes en el gobierno. El tesoro imperial se había reducido a causa del coste de la defensa contra las repetidas incursiones mongolas y las incursiones de los piratas japoneses que habían asolado la costa sureste durante todo el siglo XVI. Una campaña de siete años contra las tropas japonesas en Corea a finales del siglo XVI dejó a los Ming exhaustos.
Durante el periodo de decadencia de los Ming, se iniciaron las relaciones marítimas entre Occidente y China. Los primeros en llegar fueron los portugueses, en 1521, y hacia 1557 habían adquirido una factoría comercial en Macao. Después de 1570 comenzó el comercio entre China y los asentamientos españoles en Filipinas. En 1619 los holandeses se asentaron en Taiwan y tomaron posesión de las cercanas islas Pescadores. Mientras tanto, en la última mitad del siglo XVI, habían llegado a China desde Europa misioneros jesuitas y comenzaron a predicar el cristianismo. La sabiduría y los conocimientos de los jesuitas pronto les dieron acceso a la corte Ming, ante la oposición de los sabios neoconfucianos que permanecían preocupados con problemas de orden social. Los jesuitas fueron incapaces de implantar el cristianismo y de arraigar en China el pensamiento científico occidental.
La caída de los Ming se ocasionó por una rebelión que estalló en la provincia de Shaanxi como resultado de la incapacidad gubernamental para proporcionar ayudas en momentos de hambre y desempleo. Cuando los rebeldes llegaron a Pekín en 1664, las tropas Ming estaban desplegadas en la Gran Muralla, procurando frenar la invasión de los manchúes, una tribu tungúsica que había obtenido recientemente el poder en Dongbei Pingyuan (Manchuria). Los Ming decidieron aceptar la ayuda manchú para expulsar a los rebeldes de la capital, pero tras prestar esa colaboración, los manchúes se negaron a abandonar Pekín, lo que forzó a los Ming a retirarse al Sur de China, donde intentaron, sin éxito, restablecer su régimen.

El Mandato Mongol (1279-1368): El gobierno extranjero


Kublai trasladó la capital mongola desde Karakorum hasta un lugar cercano a Pekín, desde donde gobernó un imperio que se extendía desde la Europa oriental hasta Corea y desde el norte de Siberia al sur de la frontera norte de la India. Kublai y sus sucesores adoptaron gran parte de la maquinaria administrativa que había existido bajo los Song. Gobernaron como emperadores de China con el título dinástico de Yuan (1279-1368) y así son considerados por los chinos. El reinado de Kublai Kan fue el punto más alto del poder mongol. Se mejoraron mucho las comunicaciones y las rutas de comercio de Asia central, bajo control mongol, eran ahora más seguras que nunca, favoreciendo el tráfico comercial desde Occidente a Oriente. Llegaron a China misioneros y comerciantes, y con ellos aparecieron nuevas ideas, técnicas, alimentos y medicinas. El más conocido de los extranjeros que llegaron a China fue el mercader veneciano Marco Polo, cuyos escritos describieron muy vivamente el esplendor del Imperio mongol.
Mientras tanto, existía un creciente descontento dentro de China. La clase oficial confuciana estaba resentida por las prohibiciones mongolas para que los chinos ocuparan puestos importantes. La inflación y los impuestos oprimían a los campesinos chinos. Las décadas de 1330 y 1340 estuvieron marcadas por las malas cosechas y el hambre en el norte de China, y por fuertes inundaciones del Huang He. Durante la década de 1340 tuvieron lugar levantamientos en casi todas las provincias. En la siguiente década aparecieron destacados dirigentes rebeldes y en la década de 1360 Chu Yuanziang, un antiguo monje budista, fue capaz de extender su poder a través del valle del Yangzi Jiang. En 1371, mientras los mongoles estaban paralizados por rivalidades internas, marchó hacia el norte y tomó Pekín. Finalmente los mongoles se retiraron a su territorio de Mongolia, desde donde continuaron hostigando a los chinos.

La dinastía Song del Sur (1127-1279): Deterioro administrativo y debilidad interna

Incitados por la propia debilidad militar y fiscal, los Song se aliaron, a comienzos del año 1120 con la dinastía Jin (1122-1234) del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en contra de los Liao. Después de la derrota de éstos, los Jin se volvieron contra los Song y marcharon hacia el norte de China, tomando la capital, Kaifeng, en 1126. Los Song se retiraron y en 1135 restablecieron su capital en Hangzhou, en la provincia de Zhejiang.
Bajo los Song del sur, la China meridional siguió desarrollándose con rapidez. La prosperidad económica y los logros intelectuales sobrepasaron a los de sus hermanos conquistados del norte; el rápido desarrollo económico permitió al gobierno reforzar sus defensas en mayor grado que lo que habían conseguido los Song del norte; el confucianismo, sintetizado en su forma final por Zhu Xi, siguió como un sistema de pensamiento centrado en el hombre, aunque tomó prestadas doctrinas metafísicas del budismo para presentar una filosofía del Universo más equilibrada y duradera. Aunque el deterioro administrativo fue en aumento, los Song del sur no mostraban signos de inestabilidad interna; sin embargo la dinastía fue sometida por una fuerza militar claramente superior tras algunos años de duros enfrentamientos.
En 1206, una asamblea de todas las tribus turcomongolas se reunió en Karakorum, en Mongolia exterior, para confirmar el establecimiento de la unidad mongola bajo la jefatura de Gengis Kan. Los mongoles iniciaron inmediatamente una serie de conquistas que dieron como resultado el establecimiento del mayor imperio conocido hasta entonces. En China fue la dinastía extranjera Jin la que primero cayó ante los ejércitos mongoles. Gengis Kan conquistó Pekín en 1215 y por tanto extendió su poder sobre el resto del norte de China. La conquista de los Song del sur no se completó hasta el 1279, después de que Kublai Kan, nieto de Gengis Kan, heredara la dirección de las fuerzas mongolas.

La dinastía Song del Norte (960-1126): Centralización y debilidad militar

Los primeros Song limitaron en gran manera el poder de los militares de las provincias y subordinaron el ejército al gobierno civil, por miedo a dispersar el poder militar hacia las fronteras, un desarrollo que había debilitado a los Tang. Así, los funcionarios (burócratas) civiles dominaban cada aspecto del gobierno y la sociedad. El sistema Tang de realizar exámenes o pruebas para los funcionarios públicos se expandió para proporcionar a la dinastía un constante flujo de talentos. Los Song reorganizaron el gobierno imperial, centralizando el control efectivo en la capital de una manera mucho mayor que hasta entonces. La estructura administrativa local permaneció según el modelo diseñado por los Tang. La literatura, las artes y la filosofía siguieron su desarrollo a lo largo de las líneas que se habían establecido en el último periodo Tang. La educación floreció y la economía siguió su expansión y diversificación. Sin embargo, la debilidad militar se convirtió en un problema crónico.
Después de numerosas derrotas a manos de los Liao, los Song firmaron un tratado en el 1004, cediendo de forma permanente el área que los Liao ocupaban a lo largo de la frontera norte y aceptando pagar un tributo anual. Tras una lucha prolongada con los Xi Xia, una tribu de la frontera noroccidental, los Song de nuevo compraron la paz en 1044, aceptando el pago de un tributo. Hacia mediados del siglo XI, los Song comenzaron a experimentar dificultades fiscales. El crecimiento demográfico había sobrepasado las tasas del crecimiento económico y los gastos militares asociados a la defensa de la frontera norte al igual que los costes administrativos de una burocracia civil en constante crecimiento consumían la mayor parte de los ingresos anuales. Mientras se deterioraba la situación militar y fiscal, la burocracia civil estaba dividida en grupos que proponían diferentes medidas reformistas.

En 1069, un joven emperador Song eligió al capaz Wang Anshi como su consejero principal. Wang concibió una serie de reformas tajantes destinadas a incrementar los ingresos gubernamentales, reducir los gastos y reforzar el ejército. Al darse cuenta de que los ingresos del gobierno estaban relacionados con la prosperidad de los campesinos individuales que pagaban impuestos, propuso una reforma agraria que daría terrenos iguales a todos, préstamos para ayudar a los agricultores en la siembra y cosecha, la eliminación de trabajo obligatorio para los campesinos, un impuesto gradual sobre la riqueza y la compra por parte del Estado de los excedentes de bienes para su redistribución en tiempos de hambre. Se adoptaron algunos de estos programas de Wang, pero pronto se abandonaron a causa de la oposición de la burocracia.

El período de las 5 dinastías (907-960)

Una grave persecución llevada a cabo por los últimos emperadores de la dinastía Tang generó una gran divisón en el país en el cual provincias del valle de Huang He fueron proclamenado sus propias dinastías. Este período, conocido como el de las Cinco Dinastías terminó en el 960, cuando un jefe militar, Zhao Guangyin, accedió al trono y proclamó el establecimiento de la dinastía Song (960-1279). Hacia el 978 los Song controlaban la mayor parte de China, de la que quedaban excluidos tan sólo aquellos territorios en el norte de las provincias de Hebei y Shaanxi en poder de la dinastía Liao de los mongoles Khitan. El periodo suele subdividirse en la etapa de los Song del norte (960-1126), cuando la capital estaba situada en Kaifeng, y la de los Song del sur (1127-1279), cuya capital se encontraba en Hangzhou y la dinastía Tan sólo controlaba el sur de China.

La dinastía Tang (618-907): La brillantez sin precedentes

Fundada por Li Yuan, la dinastía Tang supuso una época de fuerza y brillantez sin precedentes en la historia de la civilización china. El sistema de exámenes para reclutar a los funcionarios públicos de la administración era tan refinado para su momento que, en su forma básica, ha sobrevivido hasta el siglo XX. Se reestructuraron los órganos del gobierno imperial y local, que se ampliaron para proporcionar una administración centralizada, y se decretó un elaborado código de leyes administrativas y penales. Chang’an, capital de los Tang, fue un centro de tolerancia cultural y religiosa. Se practicaban muchas religiones, incluso el cristianismo nestoriano. Se desarrolló un importante comercio exterior con Asia central y Occidente, desarrollándose las rutas de las caravanas, y mercaderes de Oriente Próximo comerciaban a través del puerto de Cantón. Bajo los Tang, la influencia china se extendió sobre Corea, sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Vietnam; en el oeste, por medio de alianzas con tribus de Asia central, los Tang controlaron la depresión de Tarim y al final hicieron que su influencia llegara hasta lo que hoy es Afganistán.



La fuerza económica y militar del Imperio Tang se basaba en un sistema de reparto equitativo de la tierra para la población adulta masculina. El impuesto agrícola per cápita que pagaban los propietarios por cada parcela de tierra era la fuente principal de ingresos para el gobierno y el servicio militar periódico que se les exigía era la base del poder militar Tang. Sin embargo, surgieron dificultades porque el gobierno seguía exonerando a los estados libres de impuestos y hacía grandes concesiones de tierra a aquéllos que les eran favorables. Como resultado del crecimiento de la población hacia el siglo VIII, los propietarios de parcelas individuales heredaban unos terrenos de tierra muy reducidos, pero el impuesto anual mantenía su cuantía, por lo que los campesinos abandonaban sus parcelas, reduciendo de ese modo los ingresos del Estado y mermando la eficiencia de las fuerzas armadas. Las áreas fronterizas ya no podían estar protegidas por las fuerzas militares, por lo que se encargó su defensa a tropas no chinas dirigidas por un sistema en el que tenían grandes privilegios los jefes militares.

La dinastía Sui (581-617): El restablecimiento imperial

China fue reunificada bajo la dinastía Sui (581-617). El primer emperador fue Yang Chien, un militar que en el 581 usurpó el trono del norte. Durante los siguientes ocho años terminó la conquista del sur de China y estableció su capital en Chang’a (hoy Xi’an). Los Sui restablecieron el sistema administrativo centralizado de los Han y reinstauraron los exámenes para la selección de funcionarios. Aunque el confucianismo fue instaurado oficialmente, también el taoísmo y el budismo fueron admitidos en la formulación de la nueva ideología imperial. Floreció el budismo, introducido en China desde la India durante la última dinastía Han y el periodo subsiguiente de desunión.


El breve reinado de la dinastía Sui fue una etapa de gran actividad: se reparó la Gran Muralla con un gran coste en vidas humanas, se construyó un sistema de canales, que posteriormente daría lugar al Gran Canal, para transportar los ricos productos agrícolas del delta del Yangzi Jiang hasta Luoyang y el norte, y se reasentó el control chino sobre el norte de Vietnam y, en menor medida, sobre las tribus de Asia central. Sin embargo, una larga y costosa campaña militar en el norte de Corea terminó en derrota. Con su prestigio seriamente empañado por el empobrecimiento de su población, la dinastía Sui cayó en el 617 ante el levantamiento dirigido por Li Yuan.

Anarquías y Época de los 3 reinos (220 - 581)

La dinastía Han comenzó a desmembrarse cuando las grandes familias terratenientes, aprovechándose de la debilidad del gobierno imperial, establecieron sus propios ejércitos privados. Finalmente, en el 220, Cao Pei fundó la dinastía y reino Wei (220-265) en las provincias del norte. La primer foto hace alusión al fundador de esta dinastía. La dinastía Shu Han (221-263) se estableció en el suroeste y la dinastía Wu (222-280) en el sureste. Los tres reinos libraron incesantes guerras entre sí. En el 265, Sima Yang, un poderoso general de la dinastía Wei, usurpó el trono y estableció la dinastía Xi Jin (265-317) en el norte de China. Hacia el 280 había reunificado el norte y el sur bajo su mandato. Sin embargo, poco después de su muerte en el 290, el Imperio empezó a derrumbarse. Una importante razón para esta inestabilidad interna era la influencia de las principales familias terratenientes. Hicieron que su poder se sintiera a través de un sistema de nueve grados de funcionarios, mediante el cual se dio a individuos destacados en cada zona administrativa la autoridad para jerarquizar a las familias locales, de acuerdo con su potencial de servicio al gobierno. A causa de la arbitrariedad con que algunas personas importantes decidieron la clasificación, a menudo reflejaba más los deseos de las familias dirigentes en el territorio que el mérito de aquéllos que habían sido elegidos.
Las tribus no chinas del norte, a las que los Han habían combatido hasta conseguir detenerlos a lo largo de la frontera, aprovecharon la oportunidad que les ofrecía la debilidad del gobierno para extender su ansia de tierras de pastos dentro de la fértil llanura del norte de China. Las invasiones comenzaron en el 304, y hacia el 317 los xiongnu habían arrebatado a la dinastía Xi Jin el norte de China. Durante casi tres siglos este territorio estuvo gobernado por varias dinastías no chinas, mientras en el sur lo hacían una sucesión de cuatro dinastías chinas, todas ellas centradas en el área de la actual ciudad de Nanjing. Ninguna de las dinastías invasoras fue capaz de extender su control sobre la totalidad de la llanura del norte hasta el 420, año en que lo hizo la dinastía Bei Wei (o Bei del Norte, 386-534). En la segunda foto aparece la figura del fundador Liu Bei Wei.
Durante la segunda mitad del siglo V los Bei del Norte adoptaron una política de unificación. Se administró burocráticamente la región agrícola del norte de China, como había ocurrido con dinastías chinas anteriores, y se impuso el servicio militar obligatorio a los miembros de las tribus. Se adoptaron las ropas y costumbres chinas y el chino se convirtió en el idioma oficial de la corte. Los jefes tribales, presionados por esta política unificadora, se rebelaron y en el 534 derrocaron a la dinastía. Durante los siguientes 50 años, el norte de China fue gobernado nuevamente por dinastías no chinas.

martes, 10 de junio de 2008

Curiosidades y actualidad de la historia china

Como siempre, la historia es una disciplina que con el avance de los años y la tecnología, va variando día a día siendo un disciplina de las dinámicas de las ciencias del saber, por más que suene contradictorio. Es por esta razón que distintos hallazgos, ya sean por casualidades o por causalidades, hace que se trazen nuevas teorías sobre la historia antigua china.
El hallazgo de una cultura de 3.600 años de antigüedad en Sichuan, una provincia del suroeste de China, ha supuesto un shock para la historiografía y la arqueología chinas. Los bronces de Sanxingdui, una ciudad del Reino de Shu, en una zona del país que hasta los noventa era considerada irrelevante para la historia antigua, han modificado viejas y sólidas convicciones.
Así se puede vislumbrar en un artículo realizado por un prestigioso diario español, La Vanguardia que mediante el estudio y localización de distintos bronces de la historia china surgen nuevas inquietudes sobre cual fue el verdadero comienzo de su historia. Aquí citamos partes de este artículo de gran interés e inquietud.

"El 23 de julio de 1986, la Señora Xu Wenqiu estaba cavando el barro con el que fabricar ladrillos, junto con otros campesinos de la localidad de Sanxingdui, provincia de Sichuan. Eran las 8 de la mañana cuando el grupo encontró varias piezas de jade, manifiestamente antiguas. Todo el mundo salió disparado hacia sus respectivas casas con las piezas de jade que pudo arrambar. Días después llegaron los especialistas desde la capital provincial, Chengdú (Sanxingdui queda a unos cuarenta kilómetros al noreste de Chengdú), y encontraron unas extrañas máscaras de bronce. Una de ellas estaba recubierta de oro, pero el arqueólogo jefe engañó a los aldeanos, diciéndoles que no era oro, sino bronce pintado, para no excitar su interés. Echó tierra al asunto y se fue inmediatamente a Chengdú a buscar a la policía y dar la señal de alarma. No se sabía qué era aquello, pero era importante y valioso. Los campesinos devolvieron las piezas de jade y se prosiguió la excavación. El principal hallazgo fueron dos pozos repletos de restos y obras de arte, en una ciudad amurallada de 25 kilómetros cuadrados. En los pozos se encontraron; 80 colmillos de elefante, 4.000 conchas de moluscos marinos, artículos de oro, jade, ámbar, piedra y cerámica. Y sobre todo, aquellos bronces: una estatua humana de 180 kilos de peso y 2,6 metros de alto. Un árbol, con ricos y refinados adornos de flores y pájaros de casi cuatro metros de alto. Y misteriosas máscaras, de rostros angulosos, ojos y orejas desmesurados, algunas recubiertas de oro. Era un hallazgo extraordinario, pero la verdadera sorpresa vino cuando se le puso fecha: entre 1.000 y 1.600 años antes de Cristo, contemporáneo con la dinastía china Shang, en el Río Amarillo, y con el Imperio Nuevo de la reina Hatchepsut y el faraón Thutmosis de Egipto. Y algo más: todo aquello, tan antiguo, no tenía nada que ver con lo que normalmente se asocia al arte chino. A un profano, las máscaras le recuerdan más al arte incaico que a cualquier cosa china".

La dinastía Han Oriental (25 - 220 d.C.): Inefecacia administrativa

La debilidad administrativa y la ineficacia lastraron la última dinastía Han u oriental desde sus inicios. Al igual que bajo los Han anteriores u occidentales, el gobierno central entró en decadencia al ser elegidos familiares maternos incompetentes en representación de los emperadores infantiles. Con la ayuda de los eunucos de la corte, los emperadores posteriores consiguieron deshacerse de ellos, pero sólo a costa de conceder una responsabilidad igualmente grande a los eunucos cortesanos. Como resultado de ello, el gobierno de nuevo estuvo dividido en facciones. Entre el 168 y el 170 surgió el conflicto entre los eunucos y los burócratas, que sentían que los primeros habían usurpado su legítima posición de influencia en el gobierno. Hacia el 184 se produjeron dos grandes rebeliones, encabezadas por un grupo taoísta denominado Turbantes Amarillos, que saquearon Shandong y las áreas adyacentes. En el 215 fue sofocada otra rebelión taoísta dirigida por la Sociedad de los Cinco Montones de Arroz de Sichuan.

lunes, 9 de junio de 2008

La dinastía Xin (9 - 23 d.C.): El gobierno de Wang Mang

Durante este periodo de desórdenes, un ministro ambicioso, Wang Mang, envenenó al emperador Pingdi, aún niño y para el que había estado actuando como regente, estableciendo la efímera dinastía Xin. Wang Mang intentó revitalizar el gobierno imperial y mitigar la situación de los campesinos. Actuó contra los grandes estados exentos de impuestos al nacionalizar toda la tierra y redistribuirla entre los verdaderos cultivadores; se abolió la esclavitud, se reforzaron los monopolios imperiales sobre la sal, el hierro y la acuñación de moneda y se crearon otros nuevos. El Estado fijaba los precios para proteger a los campesinos de los comerciantes sin escrúpulos y proporcionó préstamos a bajo interés a los que necesitaban capital para comenzar empresas productivas. La resistencia de las poderosas clases propietarias de la tierra fue tan dura que Wang Mang fue obligado a revocar su legislación sobre la tierra. La crisis agraria se intensificó y la situación empeoró con la ruptura de los grandes sistemas de control del agua del norte de China, que habían sido descuidados por un gobierno debilitado fiscalmente. En el norte estalló una rebelión campesina a gran escala bajo el protagonismo de un grupo conocido como ‘Cejas Rojas’. Muy pronto las grandes familias terratenientes se unieron a ellos y al final consiguieron matar a Wang Mang y reinstaurar la dinastía Han.

miércoles, 4 de junio de 2008

La dinastía Han Occidental (206 a.C - 9 d.C): Gran extensión imperial

De los tumultos y estado de guerra que marcaron los últimos años de la dinastía Qin, destacó un dirigente de origen humilde, Liu Bang. Aplastó a otros pretendientes al trono y se proclamó a sí mismo emperador en el 206 a.C. La dinastía Han por él fundada sería la más duradera de la era imperial. Los Han se constituyeron sobre la base unificada que habían dejado los Qin, modificando la política que había conducido a su derrocamiento. Las leyes onerosas fueron suspendidas, los impuestos se redujeron sensiblemente y se adoptó una política favorecedora del comercio que permitió la recuperación económica. En principio Liu Bang concedió reinos hereditarios a algunos de sus aliados y familiares, pero hacia mediados del siglo II a.C. la mayor parte de estos reinos habían sido reintegrados y casi todo el territorio chino estaba bajo la jurisdicción del Imperio de los Han.
La segunda foto es una representación del fundador de la dinastía. Una de las contribuciones más importantes de esta dinastía fue el establecimiento del confucianismo como ideología oficial; sin embargo, en un intento por proporcionar una ideología completa al Imperio, los Han incorporaron al confucianismo ideas de otras muchas escuelas filosóficas y emplearon supersticiones populares para incrementar las enseñanzas de Confucio. En el funcionamiento administrativo heredado de los Qin, los emperadores Han siguieron el principio confuciano de elegir a los hombres sobre la base del mérito más que por su nacimiento, siendo elegidos los más cualificados mediante exámenes escritos. A finales del siglo II a.C. se fundó una universidad imperial en la cual se formaban los futuros funcionarios en los cinco clásicos de la escuela confuciana.

Los primitivos Han alcanzaron el cenit de su poder bajo el emperador Wudi (reinó desde el 140 al 87 a.C.). Casi todo el territorio que hoy engloba China pasó a estar bajo poder imperial, aunque muchas regiones, en especial al sur del río Yangzi Jiang, no estaban totalmente asimiladas. La autoridad china se estableció en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Corea. En el oeste, los ejércitos Han lucharon con una tribu conocida como los xiongnu, que probablemente estaban emparentados con los hunos y penetraron en el actual territorio de Kazajstán. En el sur, la isla de Hainan pasó a estar bajo control Han y se establecieron colonias alrededor del delta del Xi Jiang, en Annam y en Corea.

Las políticas expansionistas del emperador Wudi consumieron los excedentes económicos que se habían ido acumulando durante las administraciones de sus predecesores y fue necesaria la restauración de políticas legalistas para reponer las arcas del estado. Se subieron los impuestos, reaparecieron los monopolios estatales y la moneda se devaluó. Las penurias que sufrían los campesinos se vieron agravadas por el crecimiento demográfico, lo cual provocó la reducción del tamaño de las parcelas individuales en un momento en que los impuestos se incrementaban. Durante el siglo I a.C., las condiciones empeoraron aún más. En varias ocasiones el trono fue heredado por príncipes en edad infantil, cuyas madres a menudo completaban las responsabilidades del gobierno con miembros no cualificados de su propia familia. Las facciones y la incompetencia debilitaron el gobierno imperial. Grandes familias terratenientes de la provincia desafiaron a las autoridades que recaudaban los impuestos del gobierno central y adquirieron una especie de privilegio para la exención de impuestos, lo que redujo los ingresos del gobierno y gravó duramente a los campesinos. Los levantamientos agrarios y el bandolerismo reflejaron el descontento popular.

martes, 3 de junio de 2008

La dinastía Qin (221 - 206 a.C): El primer Imperio Chino


Los últimos 200 años de la dinastía Zhou fueron paupérrimos, enmarcada por una gran crisis política y económica. La dirigencia comercial deseaba ocupar cargos en los gobiernos (claramente prohibido según la dinastía Zhou dado que sostenían los derechos divinos legitamadno su poder) así como un decaímiento en en el rendimiento agrario. Se generaron distintas movimientos, manifestaciones y cesación de actividades que llevaron a una pérdidas del poder de la dinastía que ya no sabía como manejar la situación. Es por esto que los reinos comenzaron a clamar y actuar de forma soberana e independiente del poder de la dinastía Zhou, dándose la famosa época de anarquía china llamada los Reinos Combatientes, entre 481-221 a.C.



Como lo indica su nombre, la dinastía quedo relegada a un segundo lugar, netamente utópico que carecía de poder y dominio de su territorio. Los reinos, ante las amenazas y sus deseos expansionistas en materia geográfica y agrícolo-comercial, desarrollaron grandes alianzas y posteriores enfrentamientos que no hacía más que debilitar al reinado de China.


Cuando todo indicaba que la situación no tenía solución y las guerras civiles eran cada vez más crudas, el reino del norte Qin o Ch´i, de base legalista, comenzó a fortalecerse a nivel económico y militar, realizando una campaña para reunificar el reinado chino y hacer colapsar definitivamenete la utópica dinastía Zhou. Así, de manera bélica y diplómatica, el reino de Qin se fue colocando en los primeros planos y es el año 221 a.C. cuando el rey de Qin se autoproclamó Qin Shi Huangdi, o primer emperador de la dinastía Qin. Cabe destacar que de esta dinastía proviene el nombre de "China".




Con la ayuda de un ministro legalista, Li Si, el emperador Qin Shi Huang (segunda foto) unificó el mosaico de estados feudales en un imperio administrativamente centralizado y culturalmente unificado. Se abolieron las aristocracias hereditarias y sus territorios se dividieron en provincias gobernadas por burócratas nombrados por el emperador. La capital de Qin, cerca de la actual ciudad de Xi’an, se convirtió en la primera sede de la China imperial. Se adoptó un sistema de escritura y su uso se hizo obligatorio en todo el Imperio. Para promocionar el comercio interno y la integración económica, los Qin unificaron los pesos y medidas, la acuñación de moneda y las medidas de las hachas. Se adoptó la propiedad privada de la tierra y se aplicaron leyes e impuestos con igualdad. La búsqueda de la uniformidad cultural llevó a los Qin a ilegalizar muchas escuelas filosóficas que habían florecido a finales del último periodo Zhou.




El primer emperador también intentó extender las fronteras exteriores de China. En el sur sus ejércitos marcharon hacia el delta del río Rojo, lo que en la actualidad es Vietnam. En el suroeste su dominio se extendió para englobar la mayor parte de las actuales provincias de Yunnan, Guizhou y Sichuan. En el noroeste sus conquistas alcanzaron Lanzhou, en la actual provincia de Gansu y el noreste, un sector de lo que hoy es Corea, reconoció la superioridad de los Qin. El centro de la civilización china, sin embargo, permaneció en el valle del Huang He. Aparte de la unificación y expansión del Imperio, el logro más conocido de la dinastía Qin fue la terminación de la Gran Muralla china.


El coste económico y humano de las conquistas extranjeras de los Qin y la construcción de la Gran Muralla y otras obras públicas fue enorme. El peso siempre creciente de los impuestos, el servicio militar y los trabajos forzados crearon un hondo resentimiento contra la dinastía Qin entre las clases populares del Imperio. Además, las clases intelectuales estaban ofendidas por la política gubernamental de control del pensamiento, en especial la quema de libros. El sucesor de Qin Shi Huangdi cayó bajo la influencia de un astuto eunuco de palacio. Siguió una lucha por el poder, mutilando la administración central y el pueblo indignado se levantó en una rebelión.





El apogeo de la filosofía china

A pesar del gran desarrollo a nivel comercial y territorial que el reino de China vivio durante los 900 años de la dinastía Zhou en el poder, sin lugar a dudas la verdadera importancia se desprende a nivel cultural. Durante este período, la filosofía oriental tuvo su época dorada al presentarse los 3 personajes mas importantes dentro de esta disciplina. Esta importancia radica, no solo porque son doctrinas que se mantienen a la actualidad y presentan gran cantidad de devotos, sino que también fueron muy determinantes para servir de marcos ideológicos entendiendo distintas políticas tomadas por las dinastías chinas a partir de la fecha. Las dinastías chinas se fueron identificando con cada uno de estos pensamientos, revalorizando a algunas o limitando a otros hasta llegar incluso a perseguir a aquellos que pensaban distinto o que no simpatizaban con la filosofía oficial.
Refiriéndose estrictamente a lo filosófico, estas 3 doctrinas que surgieron durante la dinastía Zhou fueron el Confucionismo, el Taoísmo y el Legalismo. A continuación se expondrá una breve explicación para entender las bases de cada uno de ellos y entender su importancia.




1. El Confucionismo o Confucianismo.




El más antiguo y más influyente de los filósofos del periodo fue Kongfuzi o Confucio. En esencia, las propuestas de Confucio representaban la restauración de las instituciones políticas y sociales de comienzos de la dinastía Zhou. Creía que los sabios gobernantes de ese periodo habían trabajado para crear una sociedad ideal, por lo que intentó crear una clase de caballeros virtuosos y cultivados que pudieran desempeñar los altos cargos del gobierno y guiar al pueblo a través de su ejemplo personal. En otras palabras, Confucio creía en la idoneidad de las personas y se oponía claramente a la trasmisión de cargos o poderes por cuestón de lazos familiares o hereditarios.






Los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta. El mal gobierno contraria el orden natural y viola el Mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato. La tercer foto muestra el símbolo de las virtudes confucianas.




Los principios del confucianismo están recogidos en los nueve libros antiguos chinos transmitidos por el maestro y sus seguidores, que vivieron en una época de gran inquietud filosófica. Estos escritos pueden dividirse en dos grupos: los Cinco Clásicos y los Cuatro Libros.



2. El Taoísmo.



Las doctrinas del taoísmo, la segunda gran escuela filosófica existente durante el periodo de los Zhou en el poder, se exponen en el Tao Tê-King, que se atribuye a la figura semihistórica de Laozi, y a los trabajos de Zhuangzi. Los taoístas desdeñaban el sistema estructurado que preconizaban los confucianos para el cultivo de la virtud humana y el establecimiento del orden social. En al aspecto político, el taoísmo abogaba por un retorno a las comunidades agrícolas primitivas, en las cuales la vida podía seguir un curso más natural.
El taoísmo mantiene que el individuo debe ignorar los dictados de la sociedad y solo ha de someterse a la pauta subyacente del Universo, el Tao (Camino), que no puede ni describirse con palabras ni concebirse con el pensamiento.
Según la leyenda, Lao-tsé, fundador de la doctrina nació en la provincia de Henan y fue un bibliotecario de la corte. Se supone que dejó escrito el Tao Tê-King (o Daodejing, Libro de la Vía y de la Virtud), el gran tratado filosófico chino, cuando abandonó China para irse a vivir a un lugar desconocido de Occidente. Con mucho, el Tao Tê-King es la obra literaria más traducida del chino y tuvo una enorme influencia en el pensamiento y la cultura orientales.
La cuarta foto hace alusión al tradicional símbolo taoísta mientras que la quinta es una representación del fundador de la doctrina, Lao Tze.


3. Legalismo
Una tercera escuela de pensamiento que floreció durante el mismo periodo y posteriormente ejerció una influencia duradera en la civilización china fue el legalismo. Razonando que los grandes desórdenes de su momento exigían nuevas y drásticas medidas, los legalistas abogaban por el establecimiento de un orden social basado en leyes estrictas e impersonales, que rigieran cada aspecto de la actividad humana. Para reforzar este sistema propugnaban el establecimiento de un Estado rico y poderoso, en el cual el soberano tendría una autoridad incontestable. Los legalistas instaban a la socialización del capital, el establecimiento del monopolio gubernamental y otras medidas económicas designadas para enriquecer al Estado, reforzar su poder militar y centralizar el control administrativo.

jueves, 29 de mayo de 2008

La dinastía Zhou (1026-256 a.C): La mayor dinastía


Durante este periodo la civilización china se fue extendiendo gradualmente hacia el norte, ocupando el valle del río Yangzé. La amplia expansión por este territorio y el primitivo estado de las comunicaciones terrestres hicieron imposible que los Zhou ejercieran un control directo sobre toda la región; por lo tanto delegaron la autoridad en vasallos, cada uno de los cuales gobernaba por lo general sobre una ciudad amurallada y su territorio circundante. La jerarquía de estos estados de tipo feudal estaba encabezada por el señor, cargo que era hereditario; por debajo de él estaba la clase guerrera y en la base social se encontraban los campesinos y esclavos domésticos. Con el tiempo, estos estados vasallos se fueron haciendo cada vez más autónomos.
La sociedad Zhou estaba organizada alrededor de la producción agrícola. La tierra estaba dividida idealmente en extensiones cuadradas, cada una de las cuales se subdividía
en nueve parcelas que formaban un espacio con forma de triángulo equilátero. Las ocho parcelas exteriores estaban asignadas a ocho familias campesinas, quienes unían sus esfuerzos y recursos para cultivar la parcela central propiedad de la clase dirigente. No está claro hasta qué extremo se utilizaba este sistema de distribución de tierras, pero las dinastías posteriores pensaron que era la manera más equitativa de dividir la tierra.
Las prácticas religiosas se correspondían con el sistema social jerárquico. Los Zhou creían en el poder que emanaba del Cielo, que
autorizaba el poder de los reyes; éstos hacían sacrificios al Señor en lo Alto, ahora llamado Tian (‘Cielo’) y a sus antepasados. El señor de los estados hacía sacrificios a la naturaleza local y a deidades agrícolas, así como a sus antepasados. Las familias individuales también ofrecían sacrificios a sus antepasados para evitar infortunios y calamidades.

A nivel económico social, durante el dominio de la dinastía Zhou se lograron grandes avances a nivel metalúrgico, aleando el hierro e incorporandolo a la vida cotidiana mejorando los procesos de cultivo y transporte. Asimismo, la dinastía Zhou acuña la primer moneda de la sociedad china hacia el Siglo VII a.C. Esto se debio a la gran cantidad de comerciantes y mercaderes que crecieron a durante los 900´s y 800´s antes de Cristo que generaron la necesidad de innovar y luego fomentar el uso de un sistema de monedas para llevar un manejo más equilibrado de las transacciones comerciales.

La caída de la autoridad política de la dinastía Zhou y la aparición de poderosos estados periféricos, las relaciones interestatales se volvieron cada vez más inestables. Durante los siglos VII y VI a.C., se consiguieron breves periodos de estabilidad al organizarse alianzas interestatales bajo la hegemonía del miembro más fuerte. Sin embargo, hacia el siglo V a.C. el sistema de alianzas era insostenible y la China de los Zhou desembocó en el denominado periodo de los Reinos Combatientes (481-221 a.C.), caracterizado por la anarquía.

La dinastía Shang (1766-1027 a.C.): La primera

La dinastía Shang gobernó en el territorio que ocupan las actuales provincias de Henan, Hubei, Shandong y la parte septentrional de Anhui, en el centro y norte de China. Así se puede vislumbrar en el mapa localizado a la derecha de la pantalla. La capital, desde alrededor del 1384 a.C. en adelante, estaba situada en Anyang cerca de la frontera norte de Henan. La economía estaba basada en la agricultura; se cultivaba mijo, trigo, cebada y posiblemente arroz. También se cuidaban gusanos de seda, y se criaban cerdos, perros, ovejas y bueyes. Se han encontrado recipientes de bronce, armas y otras herramientas, lo cual indica el conocimiento de la metalurgia y la existencia de artesanía.
En la segunda foto aparece una figura compuesta por un animal salvaje que ataca a un ciervo, de aproximadamente el siglo XVI a. C. La sociedad creada por los Shang era aristocrática. Al frente estaba el rey, que presidía una nobleza militar y elegía a los gobernantes territoriales, que estaban obligados a ayudarle en sus empresas militares. Entre esta clase aristocrática y los plebeyos había un estrato sacerdotal culto que se ocupaba de los documentos de gobierno y era responsable de la adivinación. Los Shang adoraban a sus antepasados y a una multitud de dioses, el principal de los cuales era conocido como Shang Ti, ‘el Señor en lo Alto’.
El relato de la caída de la dinastía Shang que aparece en las historias tradicionales chinas sigue un modelo legendario, que según la tradición, causó la caída de los Xia en manos los Shang. El último monarca Shang, un tirano cruel y libertino, fue expulsado por un enérgico Zhou de un estado en el valle del río Wei. Situada en las franjas noroccidentales del dominio Shang, la cultura de los Zhou era una síntesis de los elementos básicos de la civilización Shang y ciertas tradiciones marciales características de los pueblos no chinos del norte y del oeste.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Orden cronológico de las dinastías chinas

A medida que nos vamos interiorizando con la historia de esta potencia oriental, nos damos cuenta que entender a las dinastías es de suma importancia. Esto es ya que la historia china está claramente marcada por pocas familias con gran poderío económico social que se hicieron del liderazgo de esta extensión por centenares de años. Así, cada una de ellas generó grandes cambios en los aspectos sociales, geográficos y culturales según la concepción política y filosófica que la definía. En terminos generales, las distintas dinastías chinas supieron hacerse del poder por largos períodos debido al convencimiento desde los primeros vestigios de la monarquías de los reyes de poseer derechos divinos otorgados por los dioses para llevar al pueblo por el buen camino. El desarrollo de las dinastías se vio tanto en la época de monarquías en China así como en su época imperial. Realizando un análisis estadístico en donde se ve esta importancia dinástica para el país se ve analizando que en los 3774 años de historia, casi 3677 años corresponden a dominios de las distintas dinastías. Es decir más de un 97% primaron las dinastías en el desarrollo del país.
A continuación vamos a ver un orden cronológico de la historia de las dinastías.

Dinastía: SHANG
Época de gobierno: 1766 – 1027 a. C.
Tipo de gobierno: Monarquía.

Dinastía: ZHOU

Época de gobierno: 1026 - 256 a. C.

Tipo de gobierno: Monarquía

Dinastía: QUIN
Época de gobierno: 255 - 206 a. C.
Tipo de gobierno: Monarquía e Imperio

Dinastía: HAN del Oeste
Época de gobierno: 206 a. C. – 9 d.C.
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: XIN
Época de gobierno: 9 – 23 d. C.
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: HAN del Este
Época de gobierno: 25 – 220 d. C.
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: SUI
Época de gobierno: 581 - 617
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: TANG
Época de gobierno: 618 - 907
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: SONG del Norte
Época de gobierno: 960 – 1120
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: SONG del Sur
Época de gobierno: 1120 - 1279
Tipo de gobierno:Imperio

Dinastía: YUAN
Época de gobierno: 1279 - 1368
Tipo de gobierno: Imperio Mongol

Dinastía: MING
Época de gobierno: 1368 - 1644
Tipo de gobierno: Imperio

Dinastía: MANCHÚ o QUING
Época de gobierno: 1644 - 1911
Tipo de gobierno: Imperio

Formas de gobierno y dinastías

La historia china en general es rica en contenido no solo por su gran desarrollo a partir de sus casi 4.000 años de historia, sino también porque se han visto durante distintos períodos distintos tipos de forma de gobierno.

Los tipos de gobiernos que podemos visualizar a lo largo de la historia en este país son:
1. Monarquías.
2. Imperios.
3. Anarquías.
4.República.

Lo atractivo que presenta este fenomeno es la cantidad de variedades que cada uno de estos tipos de gobiernos vivieron, siendo que existían monarquías moderadas o dicatatoriales; imperios liberales o conservadores; anarquías generadas por pugnas internas o por influencias externas; repúblicas pluralistas o unipartidistas.

Para no dejar lugar a dudas a continuación vamos a ver una rápida definición que explica las bases de cada uno de estos gobiernos.

1.Monarquía.
Hace referencia a una forma de gobierno de un estado en la que el cargo supremo es vitalicio y comúnmente designado según un orden hereditario. Este cargo se denomina monarca en términos generales aunque este puede variar según la estructura jurídica del gobierno o la región, como rey o reina, zar o káiser. En algunos casos se elige por un grupo selecto, y el estado regido por el monarca también recibe el nombre de monarquía, junto con el de reino.

2.Imperio.
Del latín imperium, se refiere a un estado con dominio sobre extensos territorios diversos ya sea étnicamente y / o culturalmente siendo además un poder hegemónico en cierta área de influencia. También se denomina imperio al conjunto de los territorios que rige un estado imperial. Por extensión, "imperio" puede referirse también a la etapa histórica donde un país tomó esta política o bien a la potencia que ejerce una fuerte influencia política, económica y cultural.

3.Anarquía
La anarquía deriva del prefijo griego an "no" y la raíz del verbo arkho, "jefe". Designa una situación política o social en la que ningún individuo ejerce poder coactivo o autoridad alguna, externa o involuntaria, sobre otros. Las connotaciones de la palabra varían drásticamente según se considere esta ausencia de autoridad: bien como un orden libre deseable, o bien como un caos a evitar.

4.República
La república del latín res publica, "la cosa pública" en sentido amplio, es un sistema político caracterizado por basarse en la representación de toda su estructura mediante el derecho a voto. El electorado constituye la raíz última de su legitimidad y soberanía. Es importante también dentro de su connotación la autonomía y el derecho (respeto por los derechos humanos).